Entre muebles antiguos y obras de arte, el itinerario permite conocer cómo vivía la nobleza, en pleno corazón del siglo XV, en la casa torre Jauregia de Baztán
La casa torre Jauregia de Irurita es uno de esos edificios que llaman la atención ya sólo por su arquitectura.
Hasta hace un año estas casas torres, de las que Baztan-Bidasoa cuenta con unos cuantos ejemplos, sólo se podían ver por fuera. Tras la recuperación de la de Donamaria, ahora, la iniciativa de José María Hualde, propietario de la casa torre Jauregia de Irurita, permite visitarla adentrándose en ella. La de Donamaría cuenta con un cadalso de madera espectacular pero su interior está vacío. En cambio la de Irurita ha sido habitada durante siglos y en su interior conserva, además de suelos de madera e inmensas vigas originales, muebles antiguos y numerosas obras de arte.
Del siglo XV
La torre Jauregia es un edificio que data de principios del XV, aunque en los XVII y XVIII se amplió con construcciones aledañas. Al contrario que en otros edificios, los propietarios respetaron totalmente la torre, de manera que integraron parte de sus muros dentro de las otras edificaciones. Está construida íntegramente en piedra y conserva varias ventanas originales. En su interior se puede apreciar uno de los laterales de la torre, que quedó escondido en parte al construir el edificio contiguo.
El propietario del edificio, José María Hualde, es quien realiza las visitas guiadas, mientras narra parte de la historia de esta particular casa y de su familia.
Los primeros documentos de existencia de la torre datan del año 1437, «cuando Joan Periz de Irurita asiste a las Cortes del Reyno de Navarra en representación de los palacianos de Baztan».
Con el mobiliario como hilo conductor, explica la forma de vida de una familia noble de los siglos XVII y XVIII.
La entrada se realiza por una de las casas aledañas a la torre. Nada más entrar llama la atención una gran escultura blanca, realizada con huesos de animales, de Mª José Rekalde. Justo detrás de ella se aprecia uno de los muros laterales de la torre, integrado en el interior de la vivienda. El resto de la casa es espectacular. Incluso cuenta con una capilla y una de las paredes está presidida por un retrato realizado en 1848 de uno de los componentes de esta familia, el obispo Pedro José Zarandia Endara, nativo de la casa Joanamenea de Lesaka, histórica porque en ella durmió Wellington.
En otro punto de la casa destaca un piano forte inglés del año 1865. «La hermana del obispo, Mª Pilar Zarandia, se casó en la casa con Pedro José Hualde. El obispo regaló a una de sus sobrinas, a Pilar Hualde, este piano. Se da la particularidad de que a cada una de sus sobrinas les regaló un piano similar».
En el resto de la casa destacan los muebles franceses y españoles de los siglos XVII y XVIII, restaurados y en perfecto estado. También llaman la atención los «bargueños». Se trata de unos muebles que se convierten en arcones y que cuentan con cajones de diferentes tamaños. «Se utilizaban para transportar los documentos importantes clasificados». Hay cuatro en la casa, uno castellano, dos astur-leoneses y uno italiano.
La biblioteca está situada en el interior de la torre. La madre de José Maria Hualde, María Aránzazu Ruiz de Gámiz y Zulueta, marquesa de la casa torre, dedicó numerosos años a recopilar y ordenar toda la documentación familiar. Algunos de estos documentos se podrán observar gracias a la cesión temporal por parte del Ayuntamiento de Baztan de expositores especiales.
Además de muebles y alfombras, se pueden observar distintas obras de arte, retratos de la familia y obra sacra.
Y sin embargo, al entrar en una habitación, junto a una antigua cama, destaca una escultura de Aitor Mendizábal. «Como en la entrada, en diferentes partes de la casa hay obra contemporánea. Hemos querido que estas obras, de autores cercanos, tuvieran también su espacio aquí». Es el caso del cuadro y la escultura de Manu Muniategiandikoetxea, que se pueden observar en una sala en la parte alta de la torre.
En el jardín destacan también las obras de Faustino Aizkorbe, realizadas en acero-corten. Ese jardín lleva a otro edificio, en el que en un futuro, José María Hualde proyecta abrir un museo de arte contemporáneo latinoamericano. «El Valle Baztan no se podría entender sin toda su relación con Hispanoamérica y a través de un museo puede ser una forma muy especial de recordar y renovar esa relación», explica. En él se podrán ver obras de entre otros, José Bedia, Azaceta, Adriana Varejao o Tunga.
Las reservas para realizar las visitas se pueden realizar a través del teléfono 948-452056, y el precio de la entrada es de 5 euros.
Fuente: http://www.diariovasco.com/